miércoles, 7 de julio de 2010

Cosas de la Virgen



SE CUENTA QUE SAN PEDRO, MUY PREOCUPADO AL NOTAR LA PRESENCIA DE ALGUNAS ALMAS A LAS CUALES NO RECORDABA HABERLAS HECHO PASAR AL CIELO, SE PUSO A INVESTIGAR Y ENCONTRÓ UN LUGAR POR DONDE ENTRABAN
FUE ENTONCES ANTE EL SEÑOR Y LE DIJO: SEÑOR JESÚS, HABIENDO OBSERVADO QUE HAY AQUÍ ALGUNAS ALMAS A LAS QUE NO RECUERDO HABERLES ABIERTO LAS PUERTAS PARA QUE ENTRARAN A GOZAR DE LA ETERNA FELICIDAD,
HICE ALGUNAS INVESTIGACIONES Y HALLÉ UN HUECO POR DONDE ENTRAN. YO QUISIERA QUE LO VIERAS...
ACEPTÓ JESÚS ACOMPAÑARLO Y VIO QUE DEL HOYO DESCUBIERTO COLGABA HACIA LA TIERRA UN INMENSO ROSARIO, POR DONDE CONSTANTEMENTE SUBÍAN MUCHAS ALMAS. ALARMADO, LE DIJO SAN PEDRO: CREO, SEÑOR, QUE DEBEMOS CERRAR ESA ENTRADA DE …
NO, NO, LE RESPONDIÓ JESÚS,
¡DEJALO ASÍ!...
ESAS SON COSAS DE MAMÁ...


Bendita seas Madre mia !!!

CÓMO ACABAR CON EL HAMBRE EN EL MUNDO


Oíd que rápida solución halló Poro, rey de los persas. "Donde un pobre muera de hambre dentro de nuestros muros, tomaré por cada pobre un rico. Y en la prisión también él morirá de hambre". Nadie murió de hambre en aquel país. Y los ricos no tuvieron que pasar hambre con los pobres, sino repartir algo de su abundancia.

Federico Rückert (citado por Manuel Llano

La paz




La Paz es fruto de la Justicia. No puede haber paz, no hay paz,




mientras no haya una verdadera, auténtica y fundamentada




justicia a cualquier nivel. A nivel familiar, a nivel de




organización, a nivel de ciudad, a nivel de país, y dentro del




país, a nivel de relaciones entre gobiernos y pueblo, a nivel




internacional, a ...nivel de las relaciones entre gobernantes de




diversos países, tanto de un continente como del mundo entero.




Si no se pone en práctica la justicia no podemos hablar de paz

Santa María Dominga Mazzarello


María Dominga Mazzarello nació en Mornés (Alessandría, norte de Italia) el 9 de mayo de 1837, en el seno de una familia numerosa, primogénita de diez hijos. Influenciada por este entorno, desde pequeña aprendió a abrirse al diálogo y a la colaboración. Creció en un clima sereno, armónico, humilde y feliz, entre gente sencilla, en un ambiente de espera paciente de las estaciones, en contacto con la naturaleza y dedicada a las tareas agrícolas. Sus padres fueron buenos educadores. Su madre, Magdalena Calcagno, era de carácter alegre y comunicativo. De ella recibió la formación femenina, acorde con las costumbres de la época, dedicada al trabajo doméstico y al cuidado de los hermanos. Pero fue de su padre, José Mazzarello, de quien recibió una sólida formación que la condujo a la asimilación de los valores humanos y cristianos. De él aprendió a mirar la vida con realismo concreto, sereno, a trabajar con sacrificio y esperanza, a descubrir el sentido de las cosas, de los acontecimientos, el significado de la vida del hombre y de su propia vida. Con su presencia paterna y sus intervenciones oportunas, le reveló a su hija la figura del verdadero educador. Otra influencia decisiva en la vida de María fue Don Domingo Pestarino, su asesor espiritual, quien ratificó la educación recibida de su padre y, durante veintisiete años, la orientó hacia una verdadera formación espiritual. A los 15 años, por invitación de Ángela Maccagno, ingresó al primer grupo de la Pía Unión de las Hijas de la Inmaculada. La pertenencia a esta asociación le dio la oportunidad de profundizar la devoción mariana. La Virgen se convirtió en el ideal de vida consagrada y apostólica. Entonces su compromiso se intensificó y se extendió a las jóvenes, a las madres de familia y a los enfermos del pueblo. A los 23 años, después de haber asistido a sus familiares enfermos de tifus, contrajo la enfermedad. Nunca más volvió a ser la misma de antes, no recuperó sus fuerzas físicas y este acontecimiento la llevó a decidir un cambio de actividad: ya no sería campesina, sino modista. Esta decisión fue más que una simple elección. Fue el origen de una nueva misión: la de vivir para Dios, haciendo el bien a las jóvenes y mujeres del pueblo. Un encuentro trascendente se produjo en el otoño de 1864, cuando Don Bosco (1815-1888), que había creado la congregación Salesiana en 1859 en Turín, llegó a Mornés de vacaciones con sus muchachos. Las Hijas de la Inmaculada se encargaron de prepararlo todo para recibirlos. María quedó impresionada por la personalidad del sacerdote. “Don Bosco es un santo y yo lo siento”, dijo a sus compañeras.Los datos aportados por la historia permiten afirmar que el grupo de Mornés no fue el único que tuvo en cuenta Don Bosco para orientarse en la fundación de un instituto religioso femenino, aunque finalmente se decidió por él. En las Hijas de la Inmaculada de Mornés, el santo encontró un grupo con experiencia de vida en común, receptivo al espíritu salesiano y con una inserción vital en la sociedad decidida a dedicarse a la promoción del pueblo y especialmente de la mujer. El 5 de agosto de 1872, María Mazzarello y sus otras compañeras profesaban sus primeros votos religiosos: nacía entonces el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. Como superiora fue una hábil formadora y maestra en la vida espiritual. Tenía el carisma de la alegría serena, irradiando gozo e implicando a otras jóvenes en el empeño de dedicarse a la educación de la mujer. Cuando la Madre Mazzarello muere en Nizza Monferrato, el 14 de mayo de 1881, el Instituto tiene sólo nueve años de historia pero 26 casas, 166 hermanas, 50 novicias y 22 postulantes. Sus restos se veneran en la Basílica de María Auxiliadora en Turín. Su fiesta se celebra el 13 de mayo.

El carisma salesiano

Dicen las Constituciones Salesianas en sus artículos 10 y 11: “Don Bosco vivió y nos transmitió, por inspiración de Dios, un estilo original de vida y de acción: El Espíritu Salesiano. Su centro y síntesis es la caridad pastoral, caracterizada por aquel dinamismo juvenil que aparecía tan fuerte en nuestro fundador y en los orígenes de la Sociedad Salesiana.
La caridad pastoral es un impulso apostólico que nos mueve a buscar las almas y servir únicamente a Dios. El Espíritu Salesiano encuentra su modelo y fuente en el mismo corazón de Cristo, apóstol del Padre. Son cientos las presencias educativo-pastorales inspiradas en el carisma de Don Bosco, distribuidas por todo el mundo. A pesar de las diferencias culturales, en todas ellas se respira un mismo clima de familia, un espíritu de alegría, un modo realista y positivo de enfrentar la vida, una actitud de confianza y cariño entre educadores y educandos. Todo esto resume lo que es el “Espíritu salesiano” y que Don Bosco llamó “Sistema Preventivo”. Éste define el carisma de toda la Familia Salesiana.

Sistema Preventivo

Don Bosco vivió en el trato con los jóvenes una experiencia espiritual y educativa que llamó “Sistema preventivo”. Para él era un amor que se dona gratuitamente, inspirándose en el amor de Dios, que precede a toda criatura con su providencia, la acompaña con su presencia y la salva dando su propia vida. “Este sistema descansa por entero en la razón, en la religión y en el amor”, dice Don Bosco; no apela a imposiciones, sino a los recursos de la inteligencia, del corazón y del anhelo de Dios que todo hombre lleva en lo profundo de su ser. Asocia en una misma experiencia de vida a educadores y a jóvenes, dentro de un clima de familia, de confianza y de diálogo.
Imitando la paciencia de Dios, se acoge a los jóvenes tal como se encuentra el desarrollo de su libertad. Se los acompaña, para que adquieran convicciones sólidas y progresivamente se vayan haciendo responsables del delicado proceso de crecimiento de su humanidad en la fe. El sistema preventivo se inspira en la figura del Buen Pastor, que conoce bien a cada una de sus ovejas, las llama a cada una por su nombre y hasta da la vida por ellas.
principales personajes en la vida de Don Bosco
Jesucristo: El Señor de la historia, verdadero Dios y verdadero hombre que ha dado la vida por la salvación de mundo. Es la principal y primera fuente de san Juan Bosco y lo sigue siendo para Salesianos hoy.
María Auxiliadora: A imitación y ejemplo de su madre, Don Bosco alimentó una tierna devoción a la Santísima Virgen a la que veneró bajo el título de “Auxilio de los cristianos”. Le construyó un templo para que pudiera ser centro de confluencia de los cristianos que pedían su protección. Don Bosco ha dicho: “…en Ella he puesto toda mi confianza”.
San José: Su humilde aceptación del plan del Padre en la historia de la salvación, su constante dedicación a Jesús y a María a través de su trabajo de carpintero, y su influencia en la formación de Jesús adolescente, son razones por las que le invocamos como patrón, esforzándonos en vivir nuestra vocación y nuestra misión de hoy.
San Francisco de Sales: San Juan Bosco propone como modelo a todos sus colaboradores la dulzura y amabilidad de San Francisco de Sales. Por eso a su familia se llama Salesiana.